Bryan Ray tiene 32 años y pertenece a la incomprendida elite de fanáticos que deciden ir por todo y convertirse, literalmente, en sus ídolos. En este caso, it’s Britney b·tch
Todo comenzó a sus 16 años, cuando Bryan, oriundo de Los Ángeles, pidió para su cumpleaños que le arreglaran los dientes. Su madre accedió, un poco confundida por el pedido. Pero el muchacho tenía sus razones: quería ser igualito a su ídola, Britney, quien por entonces cantaba el hitazo Baby One More Time.
La cosa, obviamente, no quedó en la sonrisa. Bryan estima haber invertido en su imagen alrededor de 100 mil dólares, que fueron a parar a manos de los cirujanos que se encargaron de botoxearlo, operarlo y hasta de depilarlo completamente.
Acá podés ver su camaleónica transformación
Dueño de una compañía, el muchacho reparte su tiempo entre sus obligaciones, su carrera de modelo y el mantenimiento que le exige su imagen. Además, muchas veces realiza presentaciones emulando al objeto de su afecto, a quien incluso se cruzó 3 veces. La vi sin maquillaje en Hawái, y es hermosa, comenta Bryan, quien obviamente considera a la estrella pop un pilar en su vida.
Voy a tratar de mantenerme así de joven por siempre, afirma este fan irrenunciable, que también se aplica inyecciones de su propia sangre para mantenerse como de 17. Todo un laburo solo para ser como la diva Britney, pero cada quién con su mambo, ¿no?